DIA DE LA MADRE
A MI MADRE
No puedo dejar de pensar, en este día, en mi querida madre y recuerdo con cierta nostalgia y gran agrado los detalles de mi infancia como si de una película se tratara.
Lo recuerdo todo, su vida, mi vida, nuestras vidas. Mi vida arropada, alimentada y amparada por esa mujer cariñosa, alegre, fuerte e inagotable. Pero, sobre todo, trabajadora.
Siento como esa mujer con manos fuertes me enjabonan, me frotan, me secan y me rascan. Me hacen daño al peinarme, yo me quejo, pero ella sigue dando tirones para que mi larga melena esté sedosa, limpia, con olor a azahar y sabor a su querida Andalucía.
Cierro los ojos y oigo las manos de mi madre moverse, grandes y frenéticas, por la cocina; lavando, guisando, trajinando para que todo esté listo al día siguiente, es incansable.
Sobre mi frente infantil y asustada, distingo sus caricias curativas y tranquilizadoras cuando estoy enferma y con una fuerza, que aun no me explico, me lleva en brazos cada dos por tres al hospital para aliviar mi asma, ya desaparecida gracias a sus cuidados.
También veo sus manos, rápidas y algo atrevidas, aplicarse en los arreglos de costura, que sin saber, se esfuerzan en hacerme un vestido.
Y con tristeza, las recuerdo en invierno, maltratadas sujetando el timón de la vida con gran firmeza. Sin embargo ahora veo, esas mismas manos, alegres y seguras acariciando a sus nietos.
Te quiero mamá.
Concha López
No puedo dejar de pensar, en este día, en mi querida madre y recuerdo con cierta nostalgia y gran agrado los detalles de mi infancia como si de una película se tratara.
Lo recuerdo todo, su vida, mi vida, nuestras vidas. Mi vida arropada, alimentada y amparada por esa mujer cariñosa, alegre, fuerte e inagotable. Pero, sobre todo, trabajadora.
Siento como esa mujer con manos fuertes me enjabonan, me frotan, me secan y me rascan. Me hacen daño al peinarme, yo me quejo, pero ella sigue dando tirones para que mi larga melena esté sedosa, limpia, con olor a azahar y sabor a su querida Andalucía.
Cierro los ojos y oigo las manos de mi madre moverse, grandes y frenéticas, por la cocina; lavando, guisando, trajinando para que todo esté listo al día siguiente, es incansable.
Sobre mi frente infantil y asustada, distingo sus caricias curativas y tranquilizadoras cuando estoy enferma y con una fuerza, que aun no me explico, me lleva en brazos cada dos por tres al hospital para aliviar mi asma, ya desaparecida gracias a sus cuidados.
También veo sus manos, rápidas y algo atrevidas, aplicarse en los arreglos de costura, que sin saber, se esfuerzan en hacerme un vestido.
Y con tristeza, las recuerdo en invierno, maltratadas sujetando el timón de la vida con gran firmeza. Sin embargo ahora veo, esas mismas manos, alegres y seguras acariciando a sus nietos.
Te quiero mamá.
Concha López
6 Comments:
Querida Concha, quizás tengas razón cuando dices que tú no sabes escribir, por eso deberías dejar que, como ahora, sea tu corazón quien escriba por ti. Las palabras del corazón son la esencia de la auténtica poesía.
Anónimo
Yo la reconozco, desde el primer párrafo sabía de que hablabas de mi madre y como dice el anónimo solo hay que dejar que los sentimientos hablen. Me ha emocionado, hermana.
Si es que madre no hay mas que una. Estoy seguro que todos habríamos firmado tu texto.
Antonio
Doy fe . La Pepa es lo que tiene, que vale su peso en platino. Todas las madres se merecen este tipo de comentario . Besos para las paridoras vocacionales. K.
Cuanto sentimiento en tus palabras y que bien describes a esa mujer fuerte y trabajadora amante de sus hijos y cariñosa con todos los que la rodean.........¡ un ole por la Pepa ¡ y otro para todas aquellas que sois mamis,Felicidaaaaades. Luis
Y ahora en la distancia…
Cuando nos toca a nosotras ser…
Y ahora en la distancia…
Cuando los reflejos de luna han tocado sus cabellos…
En la distancia vemos todo el amor que nos dieron,
Todo el amor que enlazaron en sus silencios,
Todos los besos sin mesura que nos dieron,
Ahora en la distancia…,
Vemos nuestros recuerdos…
Fotografías ajadas entre páginas llenas de versos dulces, y juegos secretos.
Ahora en la distancia sigo diciendo… cuanto te quiero.
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